Educación para adultos y maestros por vocación

Continuando la serie de agradecimientos que hace un tiempo comencé me gustaría continuar mencionando mi paso por el Centro de Educación de Personas Adultas de Arucas (CEPA Arucas).

Nos encontramos en el año 2018 y hace ya unos 11 años de mi paso por ese centro, mi posición y perspectivas en la vida han cambiado radicalmente desde entonces y la experiencia ahí vivida tiene mucho que ver en esta historia. Para ponernos en contexto, en ese tiempo yo tenía unos 16/17 años, me encontraba repitiendo tercero de ESO en el colegio La Salle de esa misma ciudad después de haber suspendido 10 asignaturas de 11 posibles el año anterior, por aquel entonces la educación que ahí recibía no era mala pero no era nada flexible. Era algo así como un revolucionario rebelde en el cuerpo de un adolescente para el que el sistema educativo no tenía lugar, mi búsqueda de conocimiento no estaba alineada con el temario que estaba previsto para mi educación en el colegio así que cumplida la edad máxima que me permitía estar ahí me tuve que marchar.

Una vez fuera “algo tenía que hacer”, estudiar o trabajar eran mis dos alternativas así que me decanté por seguir intentando terminar los estudios secundarios al menos. Mi padre con buen criterio consultó a Manolo Déniz que por aquel entonces era secretario del CEPA Arucas y este respondió algo como “tráemelo para acá” y así fue como pasado un tiempo comencé a asistir a clases en el “centro de adultos” para cursar tercero de ESO.

Al principio todo parecía similar a lo que ya me había encontrado, coincidía con compañeros que al igual que yo parecían fruto de un sistema educativo rígido y excluyente que prefería apartar al que no seguía el ritmo del resto del ganado. En estas primeras semanas está la clave de un hecho que probablemente me ha permitido llegar al sitio en el que me encuentro ahora, este hecho fue cruzarme con el profesor Valentín Labrada Ruíz que por aquellos tiempos daba clases de Ciencias e Informática en el centro. Durante sus clases este profesor observó que no me comportaba como el resto de alumnos en algunos aspectos, mis resultados académicos no eran tan malos en comparación con la media y además de eso presentaba inquietud por el mundo de la programación, llegando a compartir algunas charlas con el sobre PHP, Java o temas relacionados con la ofimática. Valentín propuso al consejo escolar mi promoción para subir un curso y así no tener que repetir tercero una vez más, esta propuesta fue aceptada por otros profesionales con acertado criterio de los cuales recuerdo a la directora del centro Montserrat Tramunt Martín.

Y finalmente se me subió de curso, uno de los mejores refuerzos positivos que he recibido nunca. En este nuevo curso descubrí un mundo nuevo, me tocaba estudiar codo con codo con personas adultas de verdad, que en algún caso superaban los 50 años, personas que querían estudiar de verdad porque no tuvieron la misma oportunidad que yo tenía en ese momento, personas de otras nacionalidades, trabajadores que al finalizar su jornada laboral iban a estudiar al igual que yo. Además de los compañeros también me impresionaba la libertad, era una educación orientada a adultos y aunque existía algo de control me permití saltarme alguna clase, algo impensable en el centro del que venía. Todo esto me hizo darme cuenta de que yo era el único responsable de organizar mi vida y de asegurarme de respetar las normas.

Al finalizar el curso y con algo de esfuerzo conseguí finalmente mi título de educación secundaria, un hito que en aquel entonces me abrió la puerta a llegar tan lejos como pudiera soñar. Un hito que posteriormente me permitió terminar el resto de mis estudios y progresar en la carrera que por aquellos días era mi inquietud:

– Ciclo de Formación de Grado Medio en Explotación de Sistemas Informáticos en el I.E.S El Rincón
– Ciclo de Formación de Grado Superior en Desarrollo de Aplicaciones Informáticas en I.E.S El Rincón
– Grado en Ingeniería del Software en la Universidad Politécnica de Madrid
– Máster en Desarrollo de Aplicaciones para Dispositivos Móviles en la Universitat Oberta de Cataluña

Tanto la formación como la experiencia laboral me han permitido visitar muchos países y conocer personas de distintas culturas, enriquecerme y ser mejor persona. Todo esto se debe en gran parte al buen criterio, profesionalidad, vocación y excelente trabajo de maestros como Valentín Labrada Ruiz y sus compañeros del CEPA Arucas de aquella época. Esta es mi historia y podría ser la de muchas otras personas con talentos e ilusiones ocultas que se pierden por falta de motivación, seguid luchando.

Muchas gracias y mucho ánimo para continuar ayudando a la sociedad con vuestra vocación y buen hacer.

 

1 thought on “Educación para adultos y maestros por vocación”

  1. Hola Alejandro

    Tengo que confesar que me has dejado sin palabras, y que conste que eso es difícil.

    Lo primero, la alegría de saber que te ha ido tan bien en los estudios, creo que es lo más alto que ha llegado alguno de nuestros alumnos, y la experiencia vital que te ha aportado, que a la postre es lo más importante.

    Por otro, saber que hemos ayudado a ello nos da aún más ánimo en nuestro trabajo. Los centros de adultos son una magnífica segunda oportunidad que ayuda a muchos a reconducir sus vidas. Pero lo cierto es que es el esfuerzo de cada uno lo que permite el éxito. Hacer los ciclos, la carrera y el máster no es nada fácil y requiere un esfuerzo y fuerza de voluntad importante. Y en eso no tenemos nosotros ningún mérito, absolutamente todo tuyo.

    Felicidades por tus éxitos. Si algún día pasas por Arucas nos encantaría que nos visitases.

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